jueves, 19 de noviembre de 2009




A finales de los años cuarenta del siglo pasado el psicólogo Muzafer Sherif, consiguió fabricar una guerra sin necesidad de religiones, disputas ideológicas o enclaves estratégicos.
Lo siniestro del asunto es que tampoco le costó demasiado conseguirlo.



Sherif se llevó de campamento de verano a un grupo de niños entre once y doce años.

Estos chavales no se conocían entre ellos, no eran especialmente problemáticos y no existían diferencias significativas entre ellos en cuanto a ambientes socioculturales y económicos.

Cuando ya habían transcurrido unos días y los niños se conocían entre ellos, Sherif decidió que empezara el espectáculo y dividió a los chavales en dos grupos, los “Águilas” y los “Serpientes”.





En cuanto lo hizo, los dos colectivos empezaron a estructurarse: los chavales se apresuraron a encontrar un papel en su grupos: líder, gracioso, cimentador, protegido, gracioso,…

Cuando los roles ya estaban establecidos, el ladino psicólogo pasó al siguiente paso: se dedicó a fomentar la competitividad entre ellos.

Para ello, ideó tareas en las que sólo un grupo pudiera alcanzar el éxito: el inevitable partido de fútbol y el viejo juego de tirar de una cuerda servían muy bien para ese fin.

Asumiendo el papel de sheriff en este tipo de tareas, el investigador consiguió crear una guerra entre “Águilas” y “Serpientes”.

La hostilidad entre los dos grupos fue aumentando y pronto empezaron las peleas y los insultos.

El psicólogo había conseguido crear un ambiente bélico tan realista que, en poco tiempo, comenzó la quema de banderas, un ritual simbólico que no falta en las disputas nacionalistas.

Enfrentando a los dos grupos en juegos competitivos, Sherif logró también otro fenómeno clásico de racismo: los miembros de un grupo no hablaban de los miembros del otro como “Águilas” o “Serpientes”, sino que inventaron en poco tiempo epítetos despectivos.

Por último, crearon un fenómeno que también ocurre en los conflictos de la vida real: cuando el psicólogo favorecía a un determinado grupo injustamente, los miembros del otro no reaccionaban contra el causante de la injusticia, sino contra el otro grupo.Con métodos sencillos y sin necesidad de patrias, razas ni clases sociales, Muzafer Sherif creó una guerra en la que la excusa eran todas estas cuestiones.




La teoría que intentó plasmar Sherif en su experimento era sencilla, pero importante. Según él, los conflictos surgen cuando dos grupos compiten por algo en lo que sólo uno puede ganar.

Si un colectivo siente que, para alcanzar su objetivo, tiene que luchar contra otro, nacerá una guerra. ¿Y qué se necesita, entonces, para que una guerra termine? Según Sherif, que se dé el fenómeno contrario: que los grupos crean que es mejor unirse para alcanzar sus objetivos.

Sherif puso manos a la obra y dio un final feliz a su experimento.


Unió a los “Águilas” y los “Serpientes” en actividades en las que tuvieran que cooperar para conseguir una meta. Repararon juntos un camión averiado, hicieron un grupo de trabajo común para suministrar agua al campamento, tendieron un puente desde los dos lados… Eran actividades en las que unos necesitaban la cooperación de los otros y esto hizo que se unieran.

Sherif aportó ideas para acabar con la tristeza que siempre producen las guerras, aunque se ganen.

El duque de Welington sentenció “Nada, excepto una batalla perdida, puede ser tan melancólico como una batalla ganada”.

Al igual que Sherif, él sabía que el camino de la violencia siempre es frustrante.

Sólo se puede ser feliz después de alcanzar un objetivo si uno sabe que no ha tenido que dejar muertos por el camino.

viernes, 13 de noviembre de 2009

obama y el cambio climatico

La cuestión se ha hecho de rogar, pero Estados Unidos va a tener por fin un presidente que se tome el cambio climático con suficiente seriedad como para adoptar alguna medida. La víspera de que el senador Barack Obama se afianzara en la senda de la nominación del Partido Demócrata a la presidencia, sus colegas del Senado estadounidense empezaron a prepararse para la votación más trascendente sobre el cambio climático de la historia de Washington. El proyecto de ley sobre la seguridad del clima iba a imponer amplias y obligatorias reducciones sobre las emisiones de gases de efecto invernadero en Estados Unidos. No se esperaba que el texto pudiera convertirse en ley - aunque sólo fuera por el prometido veto del presidente Bush- y hacia el final de la semana las tácticas dilatorias de los senadores republicanos bloquearon el trámite del proyecto, de forma que ni siquiera llegó a votarse. Sin embargo, el debate del Senado fue un momento decisivo en el clima político estadounidense, no digamos ya por lo que reveló sobre el modo en que el próximo presidente, ya sea Obama o el senador John McCain, afrontará la cuestión del clima cuando acceda al cargo en el 2009.

A diferencia de Bush, McCain y Obama han manifestado desde hace mucho tiempo que el cambio climático es una amenaza que debe abordarse de manera preferente y exige una acción eficaz inmediata. En la cuestión medioambiental, las propuestas de Obama son más firmes y enérgicas. Los demócratas defienden lo que la ciencia manifiesta que es necesario: un recorte del 80% de las emisiones de gases para el 2050. Obama, como presidente, lo lograría mediante el sistema de venta de los permisos para contaminar que pagarían las empresas y cuyos ingresos dedicaría al fomento de la energía verde y a ofrecer descuentos a los afectados por el aumento de los precios de la energía. McCain, sin embargo, puede señalar con razón que ha estado hablando acerca del cambio climático durante más tiempo que muchos demócratas; los republicanos copatrocinaron el último proyecto de ley importante sobre el cambio climático en el Senado en el 2005. Sin embargo, resulta dudoso que el enfoque que propone Mc-Cain revierta efectivamente en reducciones de gases tan notables, ya que en su caso negociaría los permisos de forma gratuita, método que los medioambientalistas atacan por considerarlo un "regalo de empresa". Obama vendería todos los permisos de emisiones al mejor postor. Y Obama es mucho menos entusiasta que McCain a propósito de la energía nuclear como respuesta al cambio climático. El objetivo de la ley sobre seguridad del clima era reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos en un 19% para el año 2020 y el 71% por ciento para el 2050, igualmente según el sistema de venta de permisos. Por tanto, el proyecto de ley iba más lejos que el enfoque de McCain pero menos que el de Obama. Además, abocaba de hecho a ambos candidatos a un terreno minado en el plano político. Con la gasolina a casi 4 dólares por galón en Estados Unidos, los políticos desconfiaban de cualquier medida susceptible de subir aún más los precios. También complicó las cosas un estudio científico que advertía que invertir el rumbo del cambio climático exigiría acabar con rapidez en el empleo del carbón. Probablemente, ninguno de los candidatos iba a suscribir tal idea (aunque la web de Obama dijo que él la consideraría), ya que casi con seguridad disminuiría las oportunidades del candidato en los montes Apalaches y otras regiones carboníferas en las presidenciales de noviembre. La recomendación de prohibir el carbón provino de James Hansen, de la NASA, decano de los científicos del clima estadounidenses. En abril, Hansen fue el coautor de un estudio que concluía que las emisiones de gases de efecto invernadero deben reducirse mucho más de lo que nadie ha llegado nunca a proponer si realmente la humanidad desea evitar los peores panoramas de cambio climático, incluida una fusión de los hielos polares que en último término elevaría el nivel de los océanos 25 metros y sumergiría a la mayoría de las civilizaciones. La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera terrestre en el 2007 fue de 385 partes por millón (ppm) y aumenta al ritmo de dos al año. De modo alarmante, Hansen llegó a la conclusión de que 350 ppm es el nivel máximo compatible con un planeta habitable. En otras palabras, la humanidad ya está en la zona de peligro y debe invertir el rumbo rápidamente. "Necesitamos una moratoria de la construcción de centrales eléctricas clásicas alimentadas con carbón hasta el año 2010, y su eliminación progresiva respecto al horizonte del año 2030", dijo Hansen en una entrevista. Este adiós al carbón ha de ser "mundial", añadió Hansen. Ello significa que debe incluirse a China e India, lo que no será fácil; ambos países insisten en que el empleo de carbón es esencial para sacar a sus pueblos de la pobreza. De todos modos, la eliminación de la combustión de carbón no es tan inconcebible como parecía hace poco. Ya se han clausurado unas 60 plantas de las 150 proyectadas en Estados Unidos y otras 50 son cuestionadas. Y, según Hansen, un estudio reciente publicado en Scientific American ha señalado que la electricidad de origen termosolar podría suministrar toda la electricidad de Estados Unidos. Autocalificado de conservador en política, Hansen ha acusado a los "intereses especiales" de bloquear estas y otras soluciones basadas en la energía verde: "No hay ninguna razón por la que no podamos introducir los cambios necesarios, si se exceptúa que las industrias que funcionan con combustibles fósiles están decidiendo las políticas de los gobiernos". Amigos de la Tierra y Greenpeace han declarado que la citada ley es un ejemplo de ello. Contra el objetivo del proyecto de reducir las emisiones un 71% para el año 2050, la agencia medioambiental estadounidense calcula que tal objetivo se quedaría en sólo un 25%. En buena parte porque el proyecto de ley dio gratis un 49% de los permisos de emisión, con menor incentivo para cambiar a fuentes de energía verde. Ni siquiera este enfoque amistoso para la empresa satisfizo a los senadores republicanos, cuya mayoría niega que el cambio climático sea real. La auténtica batalla por una nueva política estadounidense sobre el asunto llegará en el año 2009, cuando un nuevo Congreso y un nuevo presidente aborden la cuestión. Pese a las insuficiencias del proyecto de ley, el hecho de haber llegado al Senado ha señalado un avance; el compromiso retórico de llegar a reducir las emisiones un 70% va mucho más allá de lo que se consideraba realista en el Capitolio hace un año. Pero la Tierra no hace componendas. Si Hansen y otros científicos tienen razón, Estados Unidos habrá de adoptar medidas mucho más ambiciosas si quiere realmente ayudar a salvar un planeta habitable.

jueves, 5 de noviembre de 2009

cambio climatico en gali

El cambio climático muda el ciclo biológico de las especies en Galicia
Las mariposas inician su vuelo con seis semanas de antelación y las abejas polinizan hasta 55 días antes
Las golondrinas aparecen quince días antes que hace treinta años y su emigración se retrasa dos semanas
Autor: R. Romar
Fecha 18/1/2008
Mariposas que inician el vuelo en febrero, abejas que empiezan la polinización a finales de enero, golondrinas que sobrevuelan los cielos gallegos a principios de marzo o bodegas que comienzan la vendimia a principios de septiembre. Que el incremento de las temperaturas experimentado en los últimos años ha alterado el comportamiento biológico de las especies es un hecho palpable, pero este fenómeno que ocurre a escala global se ha documentado por primera vez en Galicia en un estudio coordinado por el catedrático de Edafología Francisco Díaz-Fierros y encargado por la Consellería de Medio Ambiente dentro de la serie de informes sobre el impacto del cambio climático en la comunidad.
Los investigadores han recopilado datos de los últimos treinta años aportados por cinco estaciones fenológicas (que hacen el seguimiento de los cambios en los ciclos vitales de las especies) controladas por el Instituto Nacional de Meteorología y distribuidas por el territorio gallego. Están localizadas en Salcedo y Guillarei (Pontevedra), Seoane y Loureses (Ourense) y Montaos (A Coruña). Los registros históricos se midieron tanto en cultivos y árboles frutales como en insectos y aves y los resultados no dejan lugar a dudas. Aunque en unos casos los datos son más relevantes que en otros, los investigadores han concluido que existe una tendencia generalizada al cambio de los patrones vitales de las especies (floración, caída de la hoja, aparición o emigración, según los casos) relacionada con el aumento de la temperatura en la comunidad, que en los últimos 30 años se elevó en casi 1,5 grados.
Emigración de aves
El ciclo biológico se ha alterado de forma significativa en las golondrinas, cuya llegada a Galicia se ha adelantado una media de quince días en los últimos treinta años, mientras que su emigración invernal se ha aplazado en otras dos semanas. El comportamiento del vencejo es más errático, ya que los datos de las estaciones analizadas son más dispares, aunque en Montaos (Ordes) se ha comprobado que su emigración se ha retrasado un promedio de 40 días.
Otro tanto ocurre con las mariposas, que remontan el vuelo casi seis semanas antes de lo habitual. En la estación de Guillarei este indicador se ha adelantado en 44 días, y en el de Salcedo, en 33. Otro insecto que ha experimentado una modificación similar en su comportamiento ha sido la abeja, especie en la que es cada vez más evidente la tendencia a adelantar la fecha en que se ve por primera vez en flor. En la estación de Guillarei han iniciado la polinización 55 días antes que hace 30 años, mientras que en la de Salcedo este proceso lo han comenzado 44 días antes. Otro cambio notable es el que se ha registrado con la uva en las estaciones pontevedresas de Salcedo y Guillarei, asociadas con la denominación de origen Rías Baixas. La planta florece y madura 18 días antes y la vendimia se ha adelantado unas dos semanas en los últimos tres decenios.
«Non hai dúbida de que existe unha tendencia clara e xeneralizada de cambio nos ciclos biolóxicos en relación co incremento das temperaturas. Isto xa é unha evidencia nunha situación de cambio climático e esta tendencia vai ir en aumento», confirma el catedrático de Edafología Francisco Díaz-Fierros.